viernes, 7 de marzo de 2014

El Consejo Andaluz de Colegios de Mediadores de Seguros denuncia “abusos” y falta de transparencia en la comercialización de seguros

El Consejo Andaluz de Colegios de Mediadores de Seguros ha denunciado los “excesos” que viene detectando en la contratación de seguros, que van desde la falta de transparencia y la vinculación obligatoria a otros productos hasta el uso no autorizado de datos personales.  Expertos en Consumo subrayan la vulneración de los derechos de los consumidores por parte de los “comparadores” de seguros y una insuficiencia legislativa para impedir estas prácticas.  Todos estos términos están recogidos, entre otros, en el “Informe sobre la Incidencia del Marco Regulador en los Canales de Comercialización del Seguro. Perspectivas sobre las Actuaciones Legislativas en Curso”, hecho público hoy.

De izquierda a derecha, José Carlos Cutiño, abogado experto
en Consumo;,Jesús Torrado Domínguez. Presidente del
Consejo Andaluz  de Mediadores de Seguros; y Daniel Montalvo
Bermejo.  Responsable de RR.II. y de Mercado del Consejo
 Andaluz de Mediadores de Seguros
El Consejo Andaluz de Colegio de Mediadores de Seguros denuncia los riesgos que entrañan estas prácticas para los consumidores y la insuficiencia de medidas legislativas y administrativas para impedirlo.

Jesús Torrado Domínguez, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Mediadores de Seguros, alertó de las consecuencias que para el mercado están teniendo estas prácticas “que están distorsionando la competencia entre los diferentes canales de distribución de seguros en perjuicio de la mediación profesional y cualificada, con la incidencia negativa que ello supone sobre los intereses y derechos de los usuarios”.
Legislación insuficiente

El letrado experto en consumo y con amplia experiencia en la protección de los derechos de los usuarios de seguros, José Carlos Cutiño Riaño, ha señalado la insuficiencia de la legislación vigente y de las sucesivas normas que se están elaborando para evitar prácticas, algunas históricas como la imposición de seguros vinculados al crédito, u otras más recientes como “el uso por grandes empresas de los datos personales extraídos de las operaciones realizadas por sus clientes en el curso de su relación para ofrecerles seguros más o menos personalizados”, bien directamente o bien como intermediarios de otros agentes del sector, “con la amenaza que ello supone -agregó- para la intimidad de las personas”, sobre lo cual ya se ha pronunciado la Agencia Española de Protección de Datos.


Los “comparadores” de seguros ponen en riesgo la protección al consumidor

En rueda de prensa, El Consejo Andaluz de Mediadores de Seguros ha llamado la atención sobre los riesgos que entraña el auge de los llamados “comparadores” de seguros “cada vez más populares, pero que funcionan en un marco de alegalidad y sin ninguna responsabilidad sobre posibles errores que lesionen los intereses de las personas consumidoras”, ha dicho el letrado José Carlos Cutiño, quien también ha denunciado “la mediación difusa y clandestina de pequeños comercios o establecimientos de servicios que ofrecen seguros como una prestación complementaria de su actividad sin contar con la autorización ni la habilitación para ello.”

El valor de la mediación profesional

Para finalizar, se han tratado las medidas que, dentro del desarrollo del Plan Estratégico de la Mediación, deben implementarse desde el sector de la mediación para ser más competitivos, y garantizar una oferta profesional de valor añadido al asegurado que le sirva para una contratación más informada y adecuada a sus intereses y necesidades.

De este modo, implementar las nuevas tecnologías para prestar servicios más eficientes y completos, segmentar su mercado para ofrecer productos más personalizados para cada usuario, fidelizar al cliente a través de una mayor accesibilidad y cartera de servicio, reforzar los vínculos y sinergias con los interlocutores sociales del sector y, en definitiva, adaptarse a un mercado en constante evolución, se erigen en prioridades para mantener e incluso incrementar la cuota de mercado de la mediación profesional en los próximos años.

El responsable de RR.II. y de Mercado del Consejo, Daniel Montalvo Bermejo manifestaba al respecto: “Las nuevas tendencias del mercado ofrecen un escenario complejo y lleno de obstáculos, pero los que sepan adaptarse pueden encontrar en él nuevas oportunidades. Afrontarlo y generar las sinergias necesarias para ello es el reto de la profesión, pero también de los propios reguladores del mercado del seguro”.

Ronda de contactos
El texto se ha remitido a las administraciones públicas competentes, tales como la Secretaría General de Consumo y la Dirección General de Política Financiera de la Junta de Andalucía, así como la Agencia de Defensa de la Competencia de Andalucía. Sus promotores cumplen de esta forma con  una ronda de encuentros previamente diseñada para abordar los abusos denunciados y establecer fórmulas de cooperación.

Se adjunta un extracto del informe, cuyo texto íntegro puede descargarse en el siguiente enlace:


Informe sobre la incidencia del marco regulador en los canales de comercialización del seguro y la protección de los usuarios.
Perspectivas sobre las actuaciones legislativas en curso
Extracto de conclusiones

El seguro, por sus características contractuales y por su determinante incidencia sobre la seguridad económica de las personas, constituye un negocio complejo que requiere una especial sensibilidad del legislador y de los operadores sobre los canales para ponerlo a disposición del mercado. De hecho, podríamos decir que el contrato de seguro es –posiblemente- el más complejo en cuanto a su contenido negocial y su comprensión por la persona ajena al ámbito profesional.

Es por ello que el marco regulador que determina el funcionamiento de los diferentes canales de comercialización incide de manera directa e incuestionable sobre la protección del consumidor/usuario de este tipo de productos y servicios, garantizando el equilibrio, la transparencia, la información y la protección de la parte más frágil en la relación contractual.

En el informe realizado por los letrados consultores de Vilariño & Sewi, José Carlos Cutiño y José Luis Gómez Boza, expertos en Derecho de Consumo y Relaciones de Mercado, se pone de manifiesto la importancia que, tanto el marco normativo como su efectiva o inefectiva aplicación tienen en la distribución del mercado del seguro entre los diferentes operadores, y consecuentemente sobre las garantías para el asegurado, que debe ser el principal sujeto de tutela y salvaguarda para un sistema que pretende ser intensamente interventor pero que presenta preocupantes lagunas.

Por ello, en un momento en el que las circunstancias económicas han propiciado una disminución del negocio asegurador, dentro de un contexto de crisis, de elevado desempleo, de parón inmobiliario y crediticio, de caída de ventas de vehículos y, en general, de retroceso de la demanda por el menor poder adquisitivo y la desconfianza en la situación del mercado, resulta especialmente necesario pararse a examinar la actuación de los diferentes operadores de un mercado que se torna duramente competitivo, generando nuevos riesgos para los derechos de la ciudadanía.

Cuotas de mercado: antecedentes, actualidad y tendencias.

Los datos oficiales que recogen los informes de la propia Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, muestran un mercado repartido casi paritariamente entre la mediación en su conjunto y la banca-seguros con cifras en torno al 40% cada uno, con una menor cuota para la comercialización directa de las compañías y una exigua presencia para las líneas directas y similares. Esto podría resultar inexpresivo a modo de foto fija, pero es el resultado de una evolución en la cual la banca-seguros ha ido ganando terreno a pasos agigantados frente a la mediación, ya no solo en su oligopolístico ramo de vida, sino en otros ramos donde cada vez cobra más fuerza, apoyada hasta el momento en la vinculación al crédito y ahora, de forma creciente, en la oferta personalizada basada en sus operaciones con sus clientes.

De este modo, el propio Plan Estratégico de la Mediación ofrece un horizonte inquietante, de crecimiento imparable de la banca en menoscabo de la mediación especializada y profesional, que se ve complementado con una tendencia latente en las compañías a reforzar sus canales de comercialización directa mediante el diseño de productos “commodities”, seriados, despersonalizados y de escasa complejidad aparente, adaptados a la venta directa o electrónica. También el auge de los comparadores on-line, cada vez más utilizados para informarse por los potenciales clientes, viene a ratificar esa tendencia del consumidor a considerarse autosuficiente en la contratación del producto asegurador, lo cual no es extraño a la vista de que la oferta de venta ya no solo le llega por los canales citados, sino por plataformas carentes de especialización, como las comercializadoras de grandes empresas de servicios (energéticas, telecomunicaciones, etc.), por agencias de viajes, concesionarios de vehículos o establecimientos de toda índole, en una suerte de mediación difusa susceptible de mayor control administrativo.

En virtud de todo esto, el escenario que se dibuja preocupa, no solo en cuanto a la pérdida de peso del profesional de la mediación, que tendrá que adaptarse a las nuevas circunstancias para sobrevivir, sino en cuanto a la pérdida de garantías del consumidor frente a un producto complejo, imprudente y temerariamente banalizado, al cual va ligada en buena medida su estabilidad económica de futuro, y que ve progresivamente sustituido el asesoramiento cualificado, personalizado y profesional en su comercialización por la contratación masa, la despersonalización del producto commoditie, la imposición o persecución bancaria o el “irresponsable” comparador (por aquello de que sus sugerencias pueden quedar muy alejadas de la realidad... y nadie responderá por ello).

La normativa

Los cambios normativos en ciernes no contribuyen a tranquilizar estas preocupaciones.

Así, en un ámbito ya hiper-regulado como el de la mediación profesional de seguros, el proyecto de incorporar la información sobre comisiones -que por otro lado nunca ha sido una demanda del consumidor- se torna una amenaza por su capacidad de distorsionar perversamente la percepción del tomador sobre el coste real del seguro. Esto contrasta con la iniciativa más amable de poner en valor la profesionalidad del corredor para evitar un análisis objetivo reglado, del que nadie ha dudado y que supone hasta ahora una carga innecesaria que nada aporta al usuario.

Por su parte, la proyectada equiparación de los comparadores on-line a corredores solo puede valorarse bien si pasa por la premisa de que solo los mediadores correctamente autorizados puedan usar este tipo de herramientas. Si la idea es facilitar la habilitación de estos comparadores como mediadores prescindiendo del asesoramiento cercano, personalizado y profesional como elementos diferenciales de la actividad, estaremos creando un nuevo foco de riesgo para el consumidor y competencia desleal.

En el ámbito de la banca-seguros es cierto que la nueva Directiva Europea cierra a priori y con carácter general la puerta a la vinculación del seguro al crédito hipotecario, pero con tales y tan amplias excepciones que, más bien, parece dictar e institucionalizar el camino a seguir por las entidades del sector. A ello contribuye en mayor medida aún, el reconocimiento expreso de la posibilidad de la oferta combinada sin el refuerzo del concepto de “oferta alternativa”, por lo que las dudas legales que pudieran quedar han quedado definitivamente despejadas para la banca, convirtiéndose el cierre del grifo del crédito en el único obstáculo real a un rediseño del mercado en el que la transparencia no va a ser garantía de que el consumidor tome una decisión realmente libre.

Es por ello que cada vez resulta más amenazante para el sector la utilización por las entidades de banca-seguro -pero también por parte de grandes empresas de sectores como el energético, el comercial, las telecomunicaciones y similares- de la información que poseen sobre los hábitos de vida, consumo, ocio, salud, trabajo, etc. de sus clientes (cuando no del propio contenido de las pólizas domiciliadas a través de esos bancos), para ofrecer productos aseguradores personalizados a través de una nutrida y poco cualificada red de oficinas, operadores o auxiliares.

En esta línea, la vigilancia y tutela por parte de las autoridades competentes en materia de protección de datos se erige en un baluarte necesario para evitar un tratamiento abusivo de la información que manejan de sus clientes, que pueda atentar contra su intimidad, y por supuesto contra la leal competencia, aspecto en el cual las autoridades con competencias específicas tendrán mucho que decir en el futuro en relación a las prácticas que puedan desarrollar operadores con posición de dominio, reconocida o tácita, en el mercado.

En igual sentido, la intervención de la autoridad competente en materia de autorización y control de la actividad mediadora de seguros tendrá que servir para atajar las prácticas de mediación poco profesional, tanto la realizada por los grandes operadores advenedizos de otros sectores, como la difusa, a través de pequeñas actividades sin cualificación y que se desenvuelven a nivel instrumental poniendo en riesgo los intereses de los tomadores de los seguros. Hablamos de concesionarios de vehículos, agencias de viajes minoristas, tiendas de telefonía, tiendas de electrodomésticos, etc. que actúan como auxiliares externos sin control ni cualificación suficiente. Por ello, la también proyectada desregulación de la figura del auxiliar no es un elemento convincente para poner obstáculos a quienes pueden y tienden a dotarse de comerciales de escasa cualificación y hambrienta agresividad.

Las propuestas de actuación

El mediador ante la regulación normativa
El mediador debe adaptarse a los nuevos tiempos para encontrarse en una situación idónea ante la nueva e inminente regulación que va a provocar en el sector la normativa comunitaria. Lo contrario, es decir la inexistencia de una actitud proactiva del mediador ante las medidas legislativas que el mercado va a imponer, puede conllevar el carácter prescindible del papel del mediador en la comercialización de seguros. Es por ello que es el momento de una regeneración, rediseño del mediador, convertirse en figura necesaria para el sector y no en un mero espectador que asiste como otros canales incrementan su cuota de mercado de forma exponencial.

Deben centrarse las propuestas de actuación de los profesionales de la mediación de seguros en un futuro a corto y medio plazo, en los objetivos necesarios para mejorar la competitividad frente a los canales de comercialización actuales y aquellos emergentes que puedan aprovechar las oportunidades de un sector cambiante y susceptible de nuevas e inmediatas regulaciones.

Para ello los mediadores de seguros deben tener en consideración, en su actuación futura, determinadas circunstancias que de no reaccionarse ante ellas y adoptar medidas para rentabilizarlas social, institucional y económicamente.
Los mediadores de seguros deben actuar ante la oportunidad de sacar provecho a una tecnología totalmente nueva envolviendo un nuevo modelo de negocio alrededor de la misma.

Las actuaciones de los profesionales de la mediación de seguros en el ámbito jurídico y legal pueden canalizarse en Andalucía a través de la Dirección General de Política Financiera de la Consejería de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía. La Dirección General de Política Financiera tienen entre otras competencias el ejercicio de las funciones de ejecución que corresponden a la Comunidad Autónoma de Andalucía respecto de los mediadores de seguros, los corredores de reaseguros, mutualidades de previsión social no integradas en la Seguridad Social y demás entidades aseguradoras y, en particular, la ordenación, supervisión y control de la actividad de las personas y entidades mencionadas, la gestión de los correspondientes registros administrativos, la inspección y el ejercicio de la potestad sancionadora, así como la elaboración de informes y estudios y la propuesta de proyectos normativos en estas materias.

Por otra parte no deja de tener su importancia la propia existencia del Punto único de información de mediadores de seguros y de reaseguros, establecido por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones en su web oficial de acuerdo con lo previsto en el artículo 3.2 de la Directiva 2002/92/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo de 9 de diciembre, sobre la mediación en los seguros, y en el artículo 52.4 de la Ley 26/2006, de 17 de julio, de Mediación de Seguros y Reaseguros Privados. Su finalidad primordial es facilitar a los consumidores el acceso a los datos registrales del mediador que les oferta o intermedia un contrato, de manera que se pueda comprobar que se trata de un mediador supervisado y, por tanto, que cumple todas las garantías que exige la Ley para el ejercicio de esta actividad. De ahí la importancia de este Punto único y su utilización, porque correctamente difundido social y mediáticamente puede ser un instrumento adecuado de información objetiva al usuario y contra las prácticas desleales que puedan surgir en el mercado.

El mediador y la competencia

Es necesario que los profesionales de la mediación de seguros, adopten medidas y desarrollen líneas de actuación para responder a los posibles cambios que la competencia puede llevar a cabo, en la nueva situación del mercado ante las novedades regulatorias y ante las posibles modificaciones en las tendencias en el sector. En este sentido el mediador de seguros debe sentir la necesidad de actuar y defenderse de los competidores, con el objeto de salir fortalecido en un mercado de libre competencia, y denunciando aquellas práctica ilícitas que por parte de los competidores se lleven a cabo, no sólo deteriorando este mercado, sino perjudicando directa e indirectamente los derechos e intereses de los usuarios de seguros, en tanto en cuanto potenciales clientes de sus servicios profesionales. Para ello es esencial la colaboración activa con la Agencia de Defensa de la Competencia como institución que tiene entre sus objetivos preservar el funcionamiento competitivo del mercado y a la que trasladar aquellas posibles situaciones de competencia desleal que puedan producirse en nuestra comunidad autónoma.

En el actual y futuro contexto normativo es donde debe producirse un replanteamiento fundamental de la estrategia empresarial con el objetivo de crear valores añadidos para los clientes.

El mediador y los clientes/usuarios

Los mediadores de seguros deben actuar proactivamente y sacar provecho no sólo desde un punto de vista económico de forma directa, sino de posicionamiento ante los potenciales clientes. Estos percibirán esta actitud de forma positiva por verse acompañados por estos profesionales ante cualquier circunstancia, y no hallarse en solitario frente a las ofertas, y prácticas de comercialización y servicios que existan. En este sentido el mediador tiene que actúa como asesor, consejero y acompañante virtual de los usuarios, para que estos potenciales clientes lo perciban como un igual que le reporta un beneficio social y económico.

El mediador debe crear valores añadidos para los clientes. El consumidor ha cambiado, ahora se sitúa en el punto de origen de las decisiones; indica el precio que está dispuesto a pagar y el canal por el que desea conectarse con la oferta. Para todo ello es necesario alcanzar una óptima y mutua cooperación con la Secretaría General de Consumo incardinada en la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales de la Junta de Andalucía, en tanto se erige en la administración autonómica que tiene la función de promoción y defensa de los derechos de consumidores y usuarios.

Conclusiones

La crisis económica está condicionando visiblemente las pautas de comportamiento y consumo. Los índices de confianza se desploman, crecen los formatos comerciales de descuento, bajan las compras medias en valor, las pólizas no se renuevan y los cambios de compañías y de mediadores de seguros son constantes.

La duda es cómo se comportará el consumidor cuando se recuperen las condiciones económicas.

La respuesta a esta cuestión se verá en los próximos años, pero los profesionales que quieran estar presentes en ese momento tienen que empezar a trabajarlo desde ahora. Lo que es seguro es que sobrevivirán y saldrán fortalecidos aquellos que sean capaces de adaptarse a los cambios y responder mejor a las expectativas de los clientes.

Un informe de Vilariño & Sewi s.l. para el Consejo Andaluz de Colegios de Mediadores de Seguros


No hay comentarios:

Publicar un comentario