Tras muchos meses de espera (en concreto desde
noviembre de 2011) el pasado mes de julio
se presentó el borrador de dicho Plan Técnico de la Televisión Digital
Terrestre. Será el documento que vertebrará el actual modelo de funcionamiento
de la TDT hasta la aplicación definitiva –se supone- del denominado Dividendo
Digital.
Los motivos de tanta espera han sido varios. Han
afectado al proceso cuestiones tanto de ámbito judicial como de carácter
técnico o económico. Esta coyuntura ha provocado que desde hace casi tres años
estemos a la espera de un plan para marcar el proceso que debe llevarnos a
todos hasta el 31 de diciembre de 2014. En esa fecha deberá producirse la
liberación de las frecuencias que actualmente emplea la TDT (canales 61 al 69)
para que sean asignados a los operadores de telefonía móvil para el uso de los
nuevos servicios de comunicación de voz y datos de telefonía móvil de nueva
generación (LTE ó 4G).
Finalmente se ha presentado el plan global ante
el Consejo Asesor de Telecomunicación y para la Sociedad de la Información
(CATSI), aunque el supuesto visto bueno del Consejo a este texto no será
definitivo. Es previo, entre otros pasos de consultas, a la presentación ante
el Consejo de Ministros, que será el que dará luz verde definitiva a su
publicación en el Boletín Oficial del Estado y, por ende, a su entrada en vigor definitiva.
Ha pasado el mes de agosto sin novedad sobre la
aprobación del texto. Eso significa que todavía no se prevé que el definitivo
vea la luz. Su aprobación se espera para mediados del mes de septiembre.
Plazo “oficial” de tres meses y medio como máximo
Eso implica que habrá un plazo “oficial” de aproximadamente
entre 3 meses y 3 meses y medio (de 90 a 110 días) para atender a toda la
demanda de instalaciones de recepción de televisión comunitarias que tienen que
ser revisadas. Una verdadera proeza. Y no sólo porque las empresas instaladoras
de telecomunicaciones de todo el país hayan de atender esa demanda en tan corto
espacio de tiempo, sino porque ese plazo es casi irreal. Entre otras cosas porque en la sociedad
en general se desconoce qué es el Dividendo Digital y lo que implica en cada
caso. Son los propietarios de las instalaciones los que aún no saben si sus
instalaciones deben ser sometidas a un procedimiento de adecuación o no.
FAITEL lleva
demandando al Gobierno desde hace meses una
campaña de información al ciudadano con motivo de la implantación del dividendo
digital.
Hasta que el mensaje, la información, el
conocimiento cale en la sociedad pasará algún tiempo más y volverá a dilatar el
proceso y, por tanto, acortará aun más los escasos días disponibles. El reto
pasará entonces de proeza a ser casi de mención en los libros de historia.
En fin, que mientras todos vemos en la realidad
la magnitud del reto, los plazos administrativos siguen discurriendo sin prisa
y con pausa (la de las vacaciones).
No hay un listado definitivo de frecuencias
Entre tanto, se han publicado algunas cuestiones
de mayor o menor importancia (todas las que encierra el tema), como son las
subvenciones que los operadores públicos nacional y autonómicos recibirán para
poder llegar a cabo el “simulcast” (convivencia temporal de las dos señales de
televisión, la antigua y la nueva, hasta que esta última sea definitiva) y en
las condiciones en las que lo realizarán. O un listado provisional de las
frecuencias o canales radioeléctricos que se emplearán en las distintas áreas
técnicas en las que está dividida el territorio nacional.
Esta última cuestión junto al citado Plan Técnico
son los dos puntos que más
demandan las empresas del sector. No es posible ni tan siquiera que las
empresas pudiesen desplegar una campaña de información dirigida a los afectados
para ir ganando algo de tiempo y poder atender a todo. Y no es posible porque
precisamente el listado conocido es “provisional” y, por tanto, sujeto a
modificaciones. Hasta que no sea publicado y definitivo impide hacer el acopio
de equipos y material necesario para abordar la carga de trabajo especializado.
El tiempo pasa y la fecha del 31 de diciembre de
2014 sigue siendo inamovible. Los más perjudicados en todo el proceso están
siendo una vez más los consumidores finales. Al paso que vamos, muchos de ellos se quedarán sin ver la
televisión el 1 de enero de 2015.
Los instaladores no serán culpables del
retraso
En caso de que así ocurriera, las empresas instaladoras de
telecomunicaciones no serán en ningún caso responsables de ese perjuicio. Los
instaladores andaluces, representados por FAITEL, están, como no podría ser de otra manera, del lado de los
consumidores. Sus empresas son las que están en permanente contacto con ellos.
En cualquier caso, las capacidades que en materia
de recursos humanos tiene el sector nada tiene que ver en estos momentos con
las que existían durante el periodo 2005 – 2010, el de la implantación de la
TDT. En aquella ocasión tuvimos cinco años para adaptar las instalaciones de
los hogares y ahora tenemos tres meses y medio. En esta época de azote constante de la crisis, la capacidad
de absorber una petición masiva de adecuación de instalaciones no es la misma.
Ni el Gobierno ni la sociedad debe esperar un
incremento drástico de las contrataciones en el
sector de la instalación en Andalucía. Entre
otras cosas porque las perspectivas de trabajo
para esos escasos meses hace muy complejo que las
empresas amplíen profusamente sus plantillas para después tener que volver a
reducirlas con la caída de la demanda.
El cálculo del coste del dividendo digital para
el consumidor de 20 ó 25 euros por vivienda es un error. Desemboca en ideas muy
poco útiles. Es tan difícil dar un cálculo aproximado como encontrar dos
viviendas o bloques iguales. De hecho una de las cuestiones que será de gran
importancia para los propietarios es solicitar presupuestos a empresas
instaladoras de telecomunicaciones habilitadas por el Ministerio de Industria,
Energía y Turismo que solucionen sus necesidades y sean comparables.
Los pronósticos son claros y diáfanos: en muy
pocos casos ese precio que han aventurado para el coste del dividendo, ni tan
siquiera se parecerá. Unas veces estará por encima y, en muchas otras, por
debajo.
Pero lo fundamental es pedir presupuestos a las
empresas profesionales. Y no sólo porque técnicamente pueden dar la mejor
solución posible, sino porque además en el caso de no quedar satisfechos los
propietarios de la instalación, siempre podrán ejercer sus derechos a las
actuaciones en garantía que puedan corresponder y en caso de discrepancia,
reclamar.
Por desgracia, sigue siendo una lacra estos
“falsos” profesionales. Son abundantes los casos que por ponerse en mano de
personas sin cualificación que ofrecían precios muy baratos han tenido o tendrán
que gastarse más del doble de dinero para subsanar los problemas generados.
Después de haber estafado a los propietarios desaparecieron y nunca más
respondieron de sus chapuzas.
La llave estuvo puesta en el contacto para haber
arrancado hace muchos meses. El motor nunca arrancó y ahora vamos a pagar las
consecuencias.
FIRMADO: JOSÉ MANUEL MUÑIZ, DIRECTOR GENERAL DE
FAITEL
No hay comentarios:
Publicar un comentario